Para Jesucristo "Perdonar los Pecados" Equivale a Sanar |
Lo anterior expuesto no degrada el poder divino de Jesucristo, sino que lo aumenta, para, además, expandirlo hacia todos los seres espirituales a los que Dios haya bendecido con el don del "libre albedrío", y, que, por tanto, puedan elegir, por cuenta propia "ofrecer su cuerpo y alma", en servicio de ayuda a otros seres (en este caso sanación y curación). "Cosas mayores que yo harán ustedes", decía Jesucristo a "boca llena".
Sí, así es, ni más ni menos. Jesucristo era consciente de que el ser humano, al igual que él (por lo menos mientras estuvo encarnado), es un ser creado a imagen y semejanza de Dios con un "poder", que realmente parece ridículo a estas alturas para nosotros, ya que, con tan solo no pecar, no enfermaríamos jamás, o con otras palabras: "viviendo con amor no enfermaríamos jamás, De hecho Jesucristo mismo nos dio "la clave de la vida eterna": "Cumplir con los Mandamientos de la Ley de Dios", que resumidos por él mismo: "Amarás a Dios sobre todas las cosas, al prójimo y a ti mismo".
La iglesia, bien dice, aunque tampoco lo pueda explicar que "Jesucristo se sacrificó en la cruz por todos nosotros, para que hubiera perdón de los pecados". Así es, ni más ni menos, aunque hubiera sido lo mismo que lo clavaran en una cruz, lo ahorcaran, o muriera de todas las penas, angustias, rabias, odios, celos, envidias, rencores, y demás desequilibrios que toda la humanidad tenía/padecía en ese momento histórico.
Nosotros, los sanadores, sabemos lo que se "sufre" sanando a otra persona. Sentir en cuerpo y alma los desequilibrios como angustia, ansiedad, rencor, preocupaciones, dudas, odios, nerviosismo, estrés, etc., de otra persona, en nuestra propia alma, no es tarea fácil, amén de todos lo síntomas físicos que el paciente pueda tener y que experimentamos con nuestro propio cuerpo. Ofrecer cuerpo y alma (literalmente), de forma real, para el bienestar de otra persona, que quizás, ni siquiera valore nuestro trabajo, se desempeña, tan solo con amor profundo y por amor profundo, también real, si no, no se haría.
Sanar, curar, "perdonar pecados" (equilibrar el sistema de chakras del paciente), se sucede, al igual que se sucedió en la "Pasión de Cristo", gracias a las Leyes de Interacción y Resonancia Energética, y que no abarcan solo a los humanos, sino también (hace solo unos años atrás descubierto por mi persona, ya que incluía a Jesucristo en la humanidad), entre los seres humanos y otros seres, así sean espirituales o no.
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